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- La pequeña ya no anda
cual eccehomo por la vida. No permite que se den el lujo de
verla así, aunque apuesta que más de uno y de dos pagarían por ello. Eso no
quiere decir que no espere. No a nadie en
especial, no a a nadie en particular. Lo que aún no se sabe es
si está confiando en que el arcángel Gabriel baje a mandar a ese nadie un
aviso, o qué, pero, a este paso, cuando llegue el mensajero, las notas que
la pequeña le devuelva serán dos: una encriptada en la que
aparecerá un acceso denegado en negrita y
mayúsculas al viaje interior, y otra, la que en verdad escuchará,
de "ha llegado tarde a su destino. " Alors,
allez-y, nom d'un chien!
Lara
Síndrome de la novedad.
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