sábado

Cuando crees conocer todas las respuestas, llega el Universo y te cambia las preguntas.

Quería contarte 
que todo fue una gran inspiración...
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Hace sus últimos retoques con el lienzo prácticamente acabado. "Un poco más de negro sobre ese cyan y ya estaría"- piensa. Posa el pincel en el bote de disolvente y se mira las manos llenas de pintura. Se quita las gafas y las limpia con una de las pocas partes de la camisa que aun se conserva limpia. Tras ello, se las vuelve a poner y observa con detenimiento cada detalle del paisaje realizado. Y, como parece que la compilación pictórica está a punto de finalizarse, respira lenta y profundamente, mientras se sonríe. La satisfacción del trabajo bien hecho. "En unos meses se harán públicas mis obras, no me lo puedo creer" - la ilusión de su pensamiento hacía hasta ruido en el exterior.  Se quita el óleo de las manos con la sábana vieja humedecida en disolvente y cierra la contraventana. Recoge su bolso y abandona el luminoso estudio de amplios ventanales y altos techos.

Y, justo bajando por las escaleras de ese edificio antiguo, suena el teléfono. 

- Han cancelado la exposición - dice Martin.

Sobresaltada, sin tiempo para reaccionar, sale de la realidad que había creado minutos antes, de golpe.  Porque cuando se invierte pasión y tiempo, se alienta la esperanza, y lo que se espera es diferente al resultado que se obtiene, se siente un halo de fracaso alrededor.

- ¿Por qué? - son las únicas palabras que es capaz de decir.
- No hay suficientes recursos para patrocinarlo... 

Y, sale a la calle helada, sin abrigarse, con los ojos llorosos, pero la mirada desafiante. Comprobando en sus propios huesos que el arte y el talento no están valorados. Gritando a su interior que lo habían vuelto a hacer. Pero que no iba a haber una siguiente vez. Ni una sola vez más.


Lar

domingo

La unión en el rebaño obliga al león a acostarse con hambre.

Y, entre más pasan los años, más me aparto del rebaño...
No somos. No somos como creéis. No somos de esos. No somos dóciles. No nos conformamos. No acatamos lo que sea, con la cabeza gacha. No nos gusta dar la razón como a los locos. Nos nos gusta la paciencia. Y no somos inferiores. Ni superiores. Somos lo que somos. Jóvenes formados.

No nos gusta quedarnos a esperar, ni la incertidumbre. No nos gusta que nos traten como a uno más. No somos galgos, corriendo todos hacia una misma dirección. No estamos hechos de cerámica, no nos rompemos al caer. No nacimos aprendidos. No nos amilanan los cambios. No estamos hechos para complacer. No somos orquídeas. No somos. Y, por tanto, no merecemos que nos traten como tal.

¿Sabes lo que sí que somos? Somos bombas de relojería, pendientes de activar. Somos panteras agazapadas, esperando el momento adecuado para lanzarse a ganar. Somos los gloquidios de los cactus, aparentemente inofensivos. Somos arcilla húmeda, adaptativos y polivalentes. Somos el Rottweiler en calma. Ansiamos las cosas hechas con pasión y vocación, mientras hacemos otras.  Somos todo lo que se nos subestima. Somos diamantes en bruto. Eso somos

Para decepción de muchos, sabemos, más que lo que queremos, qué no queremos. Y tenemos las herramientas necesarias para conseguirlo: un pensamiento crítico.  Empezad a levantar la campana de cristal para ver más de cerca. 

Somos el futuro. Somos imprescindibles

Y, si no nos valoráis, decidnos qué va a ser de vosotros.

L.