miércoles

Never let an old flame burn you twice

< Blues > Siempre tenías otra cosa en la cabeza...
Es probable que las cosas que más duelan sean las dichas a medias. La razón reside en el poder de la imaginación, que empieza a echar a volar. 

Queremos la verdad y la recibimos a medias. La sinceridad en pequeñas dosis. Y eso no es bueno, porque desde el otro lado no se llega a comprender las razones. Faltan datos para resolver el rompecabezas. Somos egoístas, sí, por no mostrar esa realidad; no ponemos sobre la mesa las razones al completo, la otra parte no se ve capaz de avanzar, le dejamos en tierra de nadie, ni ahí, ni allí. 

Pero es que, de repente, lo tenemos claro. Hay algo que no encaja, atrás, cierra esa puerta, lejos, adiós. No quiero ese problema, coge la caja, sácala de aquí, ha dejado de existir en mi vida.

Y pedimos que los demás actúen distinto, queremos el saco de enfado, el saco de ira, de realidad, para poder echar a nuestros fantasmas pronto y seguir caminando. 

¿Merece la pena? La respuesta es no, desgaste de energía innecesario. Somos suficientemente adultos, otros no deberían cargar con una falta de madurez emocional, para eximirnos de responsabilidad sobre el cúmulo de actuaciones que desembocan en la gota que colma el vaso. 

La energía que pudiera aparecer como enfado o ira, ha podido ir consumiéndose, como una vela que llega a su final, no compensando ni estar, ni explicar. 

Atiende. 

Todos. Somos. Supervivientes


Cuidado con la energía latente.  
Un día puede ser un volcán en erupción.

jueves

No puedo volver al ayer, porque ya soy una persona diferente.

- sigue perdida en tu laberinto mental - 


Y, si miras atrás, piensas en el mundo de posibilidades que manejaste. Y, si miras atrás, sabes que habría ido tras de ti con los ojos cerrados y con el corazón abierto. A pesar de todas las circunstancias, de los vientos en contra y de lo sabido. Sabes que nunca hubiera renunciado a lo que teníais, aun advirtiendo la toxicidad que generaba. Agua pasada no mueve molino, te dices.

Y, ahora, que así la recuerdas, frágil, imprudente, intensa. Ahora, ella mira atrás y sólo ve sombras. Sombras de cómo era aquello. Sombras, la realidad. Porque no había más luz que la que salía de su mirada, y que solo reflejaba una magia sesgada. 

Y, ahora, que la vida te obliga a encontrártela, tornas la cabeza mientras las miras, como captando otra perspectiva. Y, ahora, que se te ocurre mirar atrás, y pruebas a tornar la cabeza, recuerdas cómo era, actuando sin querer saber que ya no es

Porque ella, si fuera aquella, no estaría ahí, haciendo que no fue.  

Lara