domingo

La unión en el rebaño obliga al león a acostarse con hambre.

Y, entre más pasan los años, más me aparto del rebaño...
No somos. No somos como creéis. No somos de esos. No somos dóciles. No nos conformamos. No acatamos lo que sea, con la cabeza gacha. No nos gusta dar la razón como a los locos. Nos nos gusta la paciencia. Y no somos inferiores. Ni superiores. Somos lo que somos. Jóvenes formados.

No nos gusta quedarnos a esperar, ni la incertidumbre. No nos gusta que nos traten como a uno más. No somos galgos, corriendo todos hacia una misma dirección. No estamos hechos de cerámica, no nos rompemos al caer. No nacimos aprendidos. No nos amilanan los cambios. No estamos hechos para complacer. No somos orquídeas. No somos. Y, por tanto, no merecemos que nos traten como tal.

¿Sabes lo que sí que somos? Somos bombas de relojería, pendientes de activar. Somos panteras agazapadas, esperando el momento adecuado para lanzarse a ganar. Somos los gloquidios de los cactus, aparentemente inofensivos. Somos arcilla húmeda, adaptativos y polivalentes. Somos el Rottweiler en calma. Ansiamos las cosas hechas con pasión y vocación, mientras hacemos otras.  Somos todo lo que se nos subestima. Somos diamantes en bruto. Eso somos

Para decepción de muchos, sabemos, más que lo que queremos, qué no queremos. Y tenemos las herramientas necesarias para conseguirlo: un pensamiento crítico.  Empezad a levantar la campana de cristal para ver más de cerca. 

Somos el futuro. Somos imprescindibles

Y, si no nos valoráis, decidnos qué va a ser de vosotros.

L.