miércoles

El mejor placer en la vida es hacer lo que la gente te dice que no puedes hacer.

Ella se pinta los labios de color rojo para que nunca se borren sus besos. El resto de carmín que deja en otras pieles sólo es un simple tatuaje que dura un par de días. 
Mira al cielo y empieza a andar con esos pequeños pies firmes, que siempre dejan huella aunque no haya barro. Sus uñas, pintadas de cualquier color, decoran el final de sus dedos, enfundados en unas sandalias de cuero ya gastadas de tanto andar por las aceras del mundo y, a veces, éste se le queda pequeño.
El flequillo, cortado a su manera, los pitillos, desgastados y esas manos, siempre llenas de anillos. Risa contagiosa e incapaz de contener.
Y así, con sus labios rojos, sus pequeños pies, ese flequillo y sus desgastados pantalones sigue su camino, siempre con una sonrisa pintada en la cara. Nunca se detiene, sólo para observar, bailar o pegar un gran salto.

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