sábado

Lo más valioso no es lo que tengo sino a quien tengo en mi vida.


-Al llegar a lo más alto, su padre le había señalado con el dedo el horizonte. Sus manos eran magníficas. Acariciando en un solo gesto los tejados de la ciudad, le había dicho unas palabras mágicas: «A partir de ahora, la vida te pertenece; nada te será imposible si lo deseas verdaderamente».

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