Abrasa el viento en la cara casi tanto como el vodka de
caramelo paseando por la garganta. Casi tanto el no cambiar de labios como comparar los
tuyos con el descubrimiento de unos nuevos. Casi tanto tu ausencia como tu
efímera visita. Casi tanto el querer saber como el saber que no quieres que
sepa. Casi tanto la arrogancia como el arrepentimiento. Casi tanto la
indiferencia como la pasión pasajera. Arden los errores casi tanto como lo que no quieres considerar como
tal. Casi tanto como el intentar enhebrar la cuerda en un alfiler, como intentar
imantar dos polos sur. Casi tanto el quedarme entre escombros como aparentar
que no lo hago. Casi tanto el no entender de números como el no saber hacer tus
cuentas. Casi tanto la conciencia arrugada como la inseguridad volitiva. Casi
tanto el pensar que has terminado una partida de parchís como el saber que es
una interminable partida del monopoly. Las vallas de alambre de alrededor de tu
casa queman casi tanto como la comprobación de que no hay interés por
saltarlas. Casi tanto las telarañas que empiezan a formarse en el interior como
el ser una casa en continuo alquiler sin derecho a compra. Casi tanto el recordar el futuro como la
incertidumbre de las reminiscencias. Casi tanto el acordarme de tus manos como
el olvidarme de tu olor. Casi tanto el coraje como el autoconvencimiento de no
ser intransigente. Casi tanto como el saber que no eres tú, es tu subconsciente
el que está escribiendo, Lara. Casi tanto como ver que te sale humo por las
orejas.
Se dice necesitar agua para sofocar el incendio.
Se comenta que ya hay bastantes
hectáreas quemadas.
Se desconoce cuánto
tiempo llevará recuperarlas.
Lara
Cada vez me gusta más lo que escribes. Gracias por hacerme contribuir en el otro blog. Si necesitas algo alguna vez tienes mi e-mail. Besito.
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