jueves

En general, lo más importante no es la forma, sino el contenido.


Se dice que  las peores tormentas son las internas. De esas en las que gritas hasta que no te sale la voz sin susurrar una palabra. De esas en las que todo sigue su curso, sin que te tenga por qué afectar nada, sin que le tengas que dar importancia a cosas sinsentido. Sí, de esas, las peores con diferencia. ¿Hasta qué punto puedes callar sin dolores de cabeza? Irritabilidad. Irritabilidad que nadie entiende. Y que no quieres que nadie entienda porque nadie intenta entender. Susceptibilidad bien cubierta con una capa de soberbia. “A mí, ¿esto?”. Hasta que un día pegas un portazo a la puerta y se acabó, pones punto y final a las falsas apariencias con un grito de los de verdad, de los que no te vuelve la voz ni con tres días de miel y limón. Y todavía alguien tiene que comentar que qué humos. Ni se te ocurra hacerlo en una explosión de estas, porque lo que es un petardo puede convertirse en la bomba atómica que destruyó Hiroshima. Pero dad gracias que existe el artículo 15 CE, en el que os podéis amparar defendiendo vuestro derecho a la vida, porque juro, (o prometo, como  ahora está de moda), que muchas veces mataría, según el art.22 CP, con alevosía. De todas formas, parece que el Sardinero está en calma, 20º y Noviembre.  
Lara

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Let down your defences

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