No dejes que el ruido de las opiniones de los demás acallen tu propia voz interior

 Elle

Y sin encontrarse nada, destila desconfianza. Sangra cada una de las palabras que escribe, haciendo la yaga aún más visible de lo que estaba. En realidad, esa yaga siempre fue invisible para la mayoría, por eso era de tal calibre. Las apariencias suelen engañar, a menudo. De esa forma, la aparente dulzura es un escudo de su acidez. Le falta el sabor salado, supongo que por eso era amante del mar, siempre se busca de lo que se carece. La anestesia que le han pinchado es droga dura, a la que se ha enganchado y de cuyo círculo vicioso no puede salir. Los ojos son de color hielo. Mira su ombligo y se ve vacío, únicamente siendo apto de ser rellenado con tabletas de chocolate negro y tequila. Y mira el cielo,  ve las estrellas, pensando algún día bajar alguna, pero sin demasiada esperanza de decidir cuál elegir, hay demasiadas para ella, o a lo mejor no son suficientes. Así que se conforma con las piedras que se va encontrando en el suelo. Anda con pies de plomo, probablemente porque siempre la dio miedo volar


-Se recomienda Russian Red en esta canción.

Lara