Éramos como dos desconocidos, que se conocían muy bien
Hay momentos en la vida en el que un hombre razonable debe admitir que ha cometido un error terrible. La verdad es que... yo nunca fui un hombre razonable.
No soy más que una nota a pie de página en esta historia.
uloiiiiiiii ah AJSAJSJAJS
ResponderEliminar