martes

Nada se adelanta a su tiempo y nunca ha pasado nada que no tenía por qué ocurrir

Pensaba que no había puzzle que mejor encajara que el de sus brazos agarrados a su cintura o la comisura de su boca en sus labios. Pensaba que sus pestañas podrían acariciar cada día su mejilla, que su nariz en cualquier momento podría buscar la de Ella. Pensaba que podría manejarla a su antojo, como si fuera una muñeca, que nunca se apartaría y que siempre estaría ahí. Pensaba, y mira todo lo que pensaba, que nunca se iría. Qué equivocado estaba. Sopló, y Ella se desvaneció en el aire como un diente de león. Aún nota la brisa que dejó a su paso. 

Lara

1 comentario:

  1. increible como escribes.eso pensamos muxos de los q stamos enamorados.q nunca se ira de nuestro lado y tu misma lo dices,soplas y desaparece de un dia para otro.

    ResponderEliminar

Deja tu huella para alimentar la publicación de entradas :)