lunes

Un pedacito de dignidad, ¿por favor?

El destino, el riesgo, la felicidad… ¿y si hablamos de la dignidad? ¿Qué es para vosotros la dignidad? Personalmente es una cualidad que la persona va labrando en sí misma desde bien pequeña, que incluye en su concepto los valores que te son inculcados, un poco de orgullo y mucha personalidad. Una mezcla explosiva. Yo creo que no hay grados de dignidad, se tiene o no se tiene. También pienso que es una de las aptitudes más importantes del ser humano: el hacerse respetar tal como somos. Cada uno sabemos hasta donde puede llegar otra persona sin poner en tela de juicio nuestra dignidad. Hay que saber decir basta. En una conversación, en una relación, o en definitiva, en cualquier aspecto de la vida. Defiende tus principios, es lo único que siempre va a acompañarte en la vida. A veces se puede decir que la dignidad se nos olvida por ahí, por ejemplo cuando entra en juego el amor o la atracción. Claramente lo señalan la canción de la Oreja de Van Gogh “Qué lejos hay que ir a buscar para comprar la dignidad. Te quiero…” y la de Burning “¿Qué tienes en los ojos, nena, o es que vas a llorar? Ya sé que alguien pisó tu orgullo en un oscuro portal… ”. Debes saber, también, que siempre hay quien está ahí, fuera de tu burbuja, observando la situación de forma objetiva y dándote de vez en cuando esa colleja educativa que es necesaria. Precisamos mucho de la ayuda de estas personas, ya que habitualmente son las que hacen las veces de vista frente a nuestra ceguera temporal. Sí, sois vosotras, somos nosotras. Hoja en blanco, línea recta que la parte en dos: a mano derecha, lo bueno, a mano izquierda, lo malo; ponderación de la balanza; largos debates sobre un comentario, un desaire o un silencio. Dicen que en el amor no hay orgullo, sin embargo, yo creo que sí, que sí que le debe haber. Es más, considero que es necesario que lo haya. No me gusta ver que todo valga, porque se te pase un enfado al cuarto de hora. Tampoco que se exageren los sentimientos excesivamente pronto, ya que es síntoma de falsedad. Menos aún que se adelanten acontecimientos, siendo esto causa de prejuicios. No creo que sea lícito que con el tiempo desatiendas más a esa persona que tanto decías que querías simplemente porque das por hecho que siempre está ahí. Ten cuidado, porque con demasiado orgullo se puede romper la cuerda de la paciencia, pero la carencia de dignidad da lugar a que no se valore suficientemente el amor, siendo una monotonía que desgastará los hilos hasta que se quebranten… Se debe ser muy meticuloso a la hora de añadir la cantidad de cada ingrediente. Agregar la cantidad justa de orgullo, la cantidad justa de dignidad, la cantidad justa de palabras bonitas, la cantidad justa de amor… ni más, ni menos.

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