sábado

Donde nada es seguro, todo es posible.

Se disuelve en un té... <XXXX>

Cuando salieron del local notaron la tranquilidad de la noche. Recorrieron el paseo dados de la mano, como si por un momento fueran algo más. El verdadero protagonista entonces era el silencio. Cuán ruidoso podía llegar a ser. Cómo todo quedaba diluido en él. Eran las palabras que debían salir a borbotones y que, sin embargo, se quedaban atragantadas. 

Ese silencio. Mucho más tarde, se darían cuenta de que llegaría a tener más contenido que lo que nunca hubieran hablado.

- ¿Volverás? -musitó, rompiendo el silencio
- ¡Claro! -contestó soltando una carcajada de las suyas mientras disimulaba unos ojos empañados.

Llegaban al punto de destino y aquello se acababa. Ella advirtió que sus abrazos no eran para el él de siempre, sino para su niño perdido. Se rompieron vehementemente. Se mostraron vulnerables por primera y última vez.  

Aquel día se dio cuenta de que no era una despedida cualquiera, era la despedida de quienes fueron y nunca más llegarían a serDe quienes creyeron tener bajo control algo que se les fue de las manos. De quienes durante un tiempo se buscarían en otros rostros. 

De quienes se aferraron a un recuerdo que no existía.

De quienes nunca más se volverían a reconocer.
De quienes nunca más se reconocerían al volver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu huella para alimentar la publicación de entradas :)