miércoles

No pretendas apagar con fuego un incendio.


Arrastro la bolsa de tela llena de cosas por la habitación. Uno guarda tanto que de vez en cuando se replantea qué es útil y qué no, para hacer limpieza. O qué es inútil pero se le da otra oportunidad. Al objeto o a ti. Tal como la vida.

Decido llevar a quemar los cuadernos de notas, papeles y libros de instrucciones. Esos que se encuentran debajo del cajón. Los miro arder hasta que se reducen a cenizas. "Qué inútiles..." -pienso. Y, sin embargo, a la vez, recapacito: "bueno, incluso los restos sirven para nutrir la tierra". 

esa agenda donde me escribiste aquello, al fuego; y ese bloc donde estaban nuestras fotos y nuestras frases, al fuego. Al fuego también nuestro sitio; tu voz; y tu sonrisa; y lo que decían tus ojos. Todo al fuego. Quiero verlo arder, para que puedan por un momento sentir lo que yo he sentido al encontrarlos, al recordarlos. Porque ni el alcohol es tan inflamable como ellos

Y algún día veré que el calor de estas llamas no me está quemando, me está desinfectando las heridas. Y cada vez que vea las cicatrices me reconfortará mirar atrás y pensar que nunca me doblegué. Que lo intenté a pesar de todo y de todos. Que ni el miedo ni el dolor valieron como excusas, cuando realmente merece la penaSé, a ciencia cierta, que no fue a deshora. Lo sé. Sé que sólo es demasiado tarde cuando las cosas son definitivas. Algún día lo descubrirás. Será el día que mi cicatriz haya hecho que sí lo sean.

Lar



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