domingo

Fuiste primavera en este invierno.


Echando a correr entre los árboles, saltando sobre las ramas caídas y, de vez en cuando, pisando alguna que otra piña, llego hasta ellos. Se ven tan mayores y, a la vez, tan eternos... Y dándoles la mano al llegar, les sonrío, mientras él mete una bolita de eucalipto en uno de mis bolsillos. Nunca imaginé que querría congelar el tiempo en ese momento. Supongo que cuando eres pequeño no piensas que las cosas se acaban y que nadie se queda aquí, al final.
La vida, dicen.
Y ahora esa nostalgia. Tienes tantas ganas de volver... Y no puedes. Y, aunque siempre hay que seguir hacia el frente, no por ello se deja de mirar atrás. En ese instante de duda, mira a tu lado y verás un reloj de arena, que representa el tiempo del que dispones. Siempre es necesario echar la vista atrás. Pero la arena sigue cayendo. No tires ni un segundo de tu tiempo porque, cuando te quieres dar cuenta, todo lo importante lo has dejado atrás y es ahí donde no vas a querer parar de mirar. Sé responsable del tiempo que tienes, para poder seguir dando cada paso con el orgullo de no haberlo desperdiciado.
Lar-

2 comentarios:

  1. mira que ya entro poco por este mundillo, pero cada vez que veo alguna publicacion tuya, me puede la curiosidad. escribes que da gusto.

    ResponderEliminar

Deja tu huella para alimentar la publicación de entradas :)