lunes

Un pedacito de un momento barbacoa.


Tener una pecera requiere ciertos cuidados. Entre ellos se encuentra el dar la comida a sus habitantes, así como el tenerla limpia. En cuanto a lo primero, hace tiempo que hubo un problemilla. Pensando que los antiguos peces se quedarían con hambre , se les echó de más, y aparecieron flotando al día siguiente. Respecto a lo segundo... Comentar lo importante que es saber la cantidad de antialgas y cloro que se debe echar. Y aquí entra el protagonista de la historia, un gran amante de los animales: mi tío. Si por él fuera tendría un zoológico para él solito. Así que decidió hacer una pecera, como bien he dicho. Se puso con mi hermano manos a la obra el verano pasado y construyeron, más que una pecera, una piscina. Introdujeron plantas marinas y alguna que otra roca. Y metieron a los peces. Comenzó habiendo dos, pero finalmente había ya unos seis o siete. Un día de estos, mi tío decidió cambiarles el agua, y tras ello echar los productos químicos propiamente dichos. El caso es que se pasó. Vamos, que no quedó ni un pez vivo. Sus declaraciones fueron las siguientes: "Cuando volví allí había un pez flotando y me dije ''un resfriado'... tras un rato, de nuevo me acerqué al agua y ví otro, así que pensé 'se ha contagiado'... Por la noche se me ocurrió volver y ví un pez más panza arriba, por lo que me dije 'PANDEMIA!' No fue ni el antialgas ni el cloro, porque las palomas bajan ahí a beber ¡y ninguna ha aparecido muerta! " A esto último, muy acertadamente, contestó mi primo "Ya, pero las palomas no respiran de ese agua"



Primera barbacoa del [verano de dos mil nueve]

Lara-

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu huella para alimentar la publicación de entradas :)