martes

Las mejores cosas son las que no se pueden controlar.

-Tenía que publicar este borrador-
Click to travel into the past.


Si ya sé que antes molaba. Tú también, no creas. Hacías que fuera distinta a todo lo que era. Mis amigas siempre me dicen que debería mandarte a la mierda. Nunca he sido de hacerle mucho caso a mis amigas. Puede que ahora sea de otra forma, no lo niego. Pero no tengo la culpa. No me gusta tirar piedras y que sean mis cristales los que se rompan, ni me gusta intentar abrazar a alguien que sale corriendo cuando me ve. Siempre he tenido ganas de susurrarte al oído todo lo que me pasa cuando te veo, pero no me atrevo. Sí, ya ves, puedo estar haciéndote reír durante horas y cuando se trata de mandar escalofríos me vuelvo inútil. Las cosas son un poco diferentes. Ya no sé cuando te has cortado el pelo, ni puedo mirarte de reojo sin que te des cuenta. Ahora no quiero perseguirte para poder abrazarte de verdad. Bueno, sí que quiero, pero no lo puedo admitir delante de ti. Ahora solo quiero que pienses que no me importas, aunque sí que me importas


jueves

A veces es una mera cuestión de tiempo. Hay que encontrar a la persona adecuada en el momento oportuno.

Recorrí la orilla de un extremo a otro diez veces por lo menos, mientras la esperaba. Tenía miedo de que se hubiera caído al agua. Encariñarse con alguien es muy peligroso. Es increíble el daño que puede hacerte. Ya sólo el miedo a perder al otro es muy doloroso. Antes nunca se me habría pasado por la cabeza siquiera.
El pequeño ladrón de sombras
Marc Levy.

domingo

Un animal herido siempre es mucho más peligroso.


Es común, entre nosotros, los mortales que aún quedamos provistos de sentimientos, el hecho de echar de menos. Entre nosotros. Todo empieza en un último adiós, una despedida esperando que no sea la última y creyendo claramente que no va a serlo. Pero lo es. Y en ese momento todo resulta menos llevadero, más difícil. Llega esa época del año, esa situación, ese pueblo, y a ti te faltan esas personas. Esas personas que amenizaban hasta la más tediosa conversación. Y, el año uno "después de",  llegas a la playa y te dices "¿no falta aquí algo?"; sales de fiesta y en tu cabeza suena "¿y con quién pido ahora cigarrillos?"; estás en el grupo riéndote y piensas "¿por qué tuvo que ocurrir esto, o esto otro?". Y cuando hablas con esas personas (si es que tienes la posibilidad de poder materializar esa charla, se alinean las constelaciones y las ganas), las conversaciones se convierten en recuerdos. Al fin y al cabo en lo que más nos cuidamos es en no olvidar por qué echamos de menos. Esa sensación de vacío aparece, y al principio parece como que molesta. Porque no duele, molesta. A veces, claro. Otras duele tanto que no te permites el lujo de hacerlo. Gracias que somos unos autodidactas en cuanto a los desprovistos de sentimientos e imposibles, y terminamos llenando ese hueco para hacer el castillo de arena en la playa con los que vienen después. Que nadie habla de ellos, pero suelen ser los héroes que nos sacan de ahí para decirnos "¿hacemos el castillo otra vez?". No dejemos que nos despojen de emociones, porque nos hayan echado de menos más que de más. Siempre hay tiempo para reconstruir de nuevo el castillo.
~Lar

lunes

Tenemos que grabar nuestros recuerdos, congelar estos instantes.


Recordó lo que su padre le había dicho un día: "no hay nada imposible; tan sólo los límites de nuestra mente definen determinadas cosas como inconcebibles. Muchas veces es preciso resolver varias ecuaciones para admitir un razonamiento nuevo. Es una cuestión de tiempo y de los límites de nuestro cerebro. Realizar un trasplante de corazón, hacer volar un avión de trescientas cincuenta toneladas y caminar por la Luna ha exigido mucho trabajo, y más imaginación aún. Así que cuando los sabios más sabios afirman que es imposible trasplantar un cerebro, viajar a la velocidad de la luz o clonar a un ser humano, yo me digo que en definitiva no han aprendido nada de sus propios límites, los de considerar que todo es posible y que se trata de una cuestión de tiempo, el tiempo de comprender cómo es posible."

Ojalá fuera cierto
Marc Levy