lunes

Un pedacito de filosofía.

Prefiero pensar que el destino ya está escrito. Que, como dijo García Márquez, todo lo que sucede, sucede por alguna razón. Que no se puede evitar que eso ocurra. Que siempre gana la fuerza del destino, hagas lo que hagas, aunque intentes desviarlo. Prefiero pensar que la vida es el interminable ensayo de una obra que jamás se estrenará. Y es un ensayo con incontables vidas paralelas imposibles de recopilar para hacer dicha obra. Alguien es quien tiene el guión de todas y cada una de nuestras ellas, es quien las controla y rige, así pues, nuestros destinos. Y, quizá, prefiera pensar esto para justificar cada uno de mis fallos. Tal vez, para excusarme por reiterar muchos de mis errores. O, simplemente, para eximirme de responsabilidad en cuanto a las culpas que pesan sobre mi conciencia. A lo mejor es cierto eso de que los polos opuestos se atraen. Por tanto, ya todo está dicho. Nunca digas de este agua no beberé, ni este cura no es mi padre, porque el destino está escrito, pero nadie lo puede leer.



Lara.